Sobre la plantilla de lluvia de ideas inversa
Para construir un producto exitoso, a veces necesitas pensar en cómo podría fallar. La plantilla de lluvia de ideas inversa proporciona una forma estructurada y creativa de identificar y abordar proactivamente posibles debilidades antes de que se conviertan en problemas reales. En lugar de solo planificar para el éxito, este proceso permite que tu equipo piense de manera crítica y descubra los riesgos ocultos que son fáciles de pasar por alto durante las sesiones de planificación típicas.
Cómo usar la plantilla de lluvia de ideas inversa
Define tu objetivo. Comienza con un claro objetivo para tu proyecto o función. ¿Cómo se ve el éxito? Por ejemplo, tu objetivo podría ser "Aumentar el NPS" o "Disminuir el porcentaje de clientes que cancelan su servicio."
Invierte el objetivo. Convierte tu declaración de éxito en un escenario de fracaso. Por ejemplo, si tu objetivo es "Aumentar el NPS," el objetivo invertido se convierte en "Empeorar el NPS."
Haz una lluvia de ideas sobre las causas del fracaso. Con el escenario de fracaso en mente, tu equipo puede ahora enumerar todas las razones potenciales por las que podría ocurrir. Esto podría ir desde problemas mayores como eliminar el soporte al cliente y no arreglar incidencias hasta copia confusa o bajo rendimiento.
Genera soluciones y planifica tus acciones. Para cada posible causa de falla, realiza una lluvia de ideas para encontrar una solución preventiva. Esto convierte una lista de riesgos abstractos en un plan de acción concreto, completo con un responsable y fecha de vencimiento para cada tarea, asegurando que tu equipo pueda construir un producto más resiliente y exitoso.
¿Por qué usar la plantilla de lluvia de ideas inversa?
Descubre riesgos ocultos y puntos ciegos. Al enfocarse en el fracaso, tu equipo puede identificar desafíos que no saldrían a la luz en una lluvia de ideas típica, centrada en lo positivo.
Construye productos más resilientes. Este proceso te permite abordar posibles incidencias durante la fase de planificación, ahorrando tiempo y recursos que se gastarían en solucionar problemas después del lanzamiento.
Transforma el riesgo en un plan accionable. No terminas solo con una lista de preocupaciones; terminas con un conjunto claro de tareas para mejorar tu producto, basado en momentos tangibles de la experiencia del usuario.