Cuando trabajas como diseñador instruccional, especialmente en un entorno laboral, es importante recordar que la meta no es sólo entregar contenido e información a tus aprendices. En su lugar, el objetivo es crear experiencias de capacitación y aprendizaje que ayuden a mejorar el rendimiento y a entregar resultados a la organización. Al fin y al cabo, esa es la definición misma de diseño instruccional. Pero, ¿cómo puedes crear capacitación orientada al rendimiento y los resultados de una manera práctica? ¡Ahí es donde el proceso de creación de mapas de acción puede ser útil!
¿Cómo funciona un mapa de acción?
Crear un mapa de acción para tu proyecto de diseño instruccional es fácil. Sigue estos cuatro pasos para comenzar:
Identifica tu objetivo: Comienza tu mapa de acciones identificando el objetivo medible que deseas alcanzar con tu proyecto de diseño instruccional.
Enumera las acciones: Una vez que hayas identificado tu objetivo, enumera y conecta todas las acciones que tus estudiantes necesitan llevar a cabo para lograr dicho objetivo. Estas acciones deben ser comportamientos observables.
Diseña actividades de práctica: Después de enumerar todas las acciones que necesitas que los estudiantes realicen para alcanzar tu objetivo, enumera y conecta algunas actividades de práctica que podrías diseñar para ayudar a los estudiantes a practicar las acciones necesarias.
Lista la Información Mínima: Después de haber diseñado y listado tus actividades de práctica, enumera y conecta cualquier información mínimamente necesaria que tus alumnos puedan necesitar para completar la actividad de práctica. Si la información que identificas no tiene una conexión directa con tu objetivo medible, no la incluyas.
Próximo paso
Después de que hayas creado tu mapa de acción, ahora tienes un trampolín para ayudarte a comenzar a diseñar tu solución de formación.
